sábado, 18 de abril de 2009

Palabras más, palabras menos


Se dice que todo ser humano está destinado a hacer historia, el ex presidente Raúl Alfonsín se encargó de hacerlo, hizo historia y la dejó para que sea obligación de recuerdo.
Raúl Alfonsín, será recordado como el padre de la democracia. Llegó al poder por consenso popular, después de muchos años los argentinos elegían en 1983 a su mandatario, en ese voto depositaban mucho más que una elección, una boleta iba acompañada de confianza y esperanza a un cambio.
Así fue, llegó el cambio pero no sería tan fácil. Las visitas de los militares a la casa de gobierno se dice que eran constantes, por lo visto no se habían percatado que su hora ya había pasado.
El ex presidente cinco días después de asumir el mandato, ordenó enjuiciar a los dirigentes del ERP, montoneros y procesar a la junta Militar. Junto con este acontecimiento que sorprendería al mundo, se crea La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Todo esto parecía encaminar al país, los argentinos lograban ver que la transformación podía darse.
Pero todo comenzaría a caer, sus contrincantes aparecerían en su camino. La cúpula de la CGT, quedó al mando del Ministerio de trabajo lo que ocasionó un retroceso muy importante.
En la soledad trataba de encontrarle una solución, pero la crisis no lo dejaba y la sociedad se comenzaba a desilusionar.
Llegó Semana Santa, la gente decidió darle otra oportunidad y demostró su apoyo con una multitud en la plaza. El pueblo no quiso perdonar lo que recordarán como “Un doble discurso”, hoy todo eso queda reemplazado por: “No lo dejaron gobernar”.
Los saqueos a supermercados y la hiperinflación se hacían presentes, el padre de la democracia no tuvo otra opción, adelantó la entrega del mandato al ex presidente Carlos Menem, quien tiempo después comenzaría el dictado de leyes de reformas del Estado y de emergencia económica que pintarían un mundo con soluciones efímeras.
No se olvida su relación con las políticas exteriores, no se olvida su forma de hablar con el pueblo que lo había elegido.
“¡A vos no te va tan mal gordito!”, esta frase tan recordada estos últimos días habla de su personalidad, no se escondía, no se encasillaba en un discurso premeditado. Humilde y sencillo transitó este mundo para dejar un legado.
Luego de su muerte muchos adolescentes pudieron comprender que el que alguna vez había desilusionado a los argentinos, hoy es una persona que como todos ser humano tuvo sus equivocaciones y que no todo estaba en sus manos, la compañía no estaba y en su soledad trato de tomar todas la dediciones posibles.
Difícil época la que tuvo que enfrentar para manejar un país. No dejó que la impunidad avanzara, trato de imponer justicia en la medida que lo dejaron, no fue lo suficientemente aceptado, pero hoy muchas de sus decisiones son aceptadas como logros.
Hoy en Mar del Plata las listas de los partidos radicales dejaron de ser 6 para pasar a ser 4. Las alianzas comenzaron a aflorar entre los dirigentes opositores.
Si Herminio Iglesias causó que los votos se dieran vuelta en el ’83, quizás la muerte de Raúl Alfonsín incline la balanza una vez más a favor de un cambio bueno en el país.

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