sábado, 21 de diciembre de 2013

El tic tac

Terminando de leer un libro que me acompañó este último tramo del año, caí en cuenta de la fecha que se suscita. Ahí está el mes de diciembre culminando, incertidumbres llegando a su fin, otras comenzando a aparecer.

Liberar la vida a cuestiones de tiempo no suele ser lo más bello del vivir. Vivir pendiente de la llegada de un día determinante, de una hora, de un espacio, sólo complica la existencia.

Minutos que pasan y no vuelven, ellos se llevan estados de animo, sentimientos, vivencias... se llevan parte del ser y del sentir, propios de un espacio temporal que sólo daña, que sólo aleja, que sólo provoca cambios.

Sentir que el destino no puede ser manejado por uno y por otros momentos sentir que  somos dueños de él. Sentir, el sentimiento plenamente involucrado al estado pleno o deteriorado de la existencia propia.

Desaparecemos y renacemos según el afuera, según el exterior, buscamos soluciones externas, pero nuestro ser nunca dejó de existir, siempre estuvo allí y estará buscando la calma, la plenitud, la estancia prolongada por este estado llamado "Vida".

Sentir, esperar, soportar... será ese el sentido de la vida?, mirar hacia atrás y ver el pasado o mirar hacia adelante pero disfrutando el presente, tarde o temprano pensaré en el mañana.... Si cada día lo viviera como único, de qué serviría, de qué sirve el pasado, de qué sirve el mañana.... y termino esta nota dándole cuerda al reloj que mi vieja me regaló, dándole cuerda a un reloj para que el tiempo siga pasando... el protagonismo al tiempo...

"Era inútil desesperarse o luchar por nada que no fuese el momento concreto, el acto de inspiración y espiración, los sesenta y cinco latidos por minuto..."

domingo, 22 de septiembre de 2013

La música se siente

“La música une a las personas”, escuché por ahí… con el tiempo me di cuenta que esa frase encerraba mucha verdad, encerraba el título de una etapa en  mi vida.


Luego de vivir momentos inexplicables que cambiaron mi vida, mis pareceres, escuché esa frase, a la que le uní… “Cuando la música y un buen libro se unen no hay nada más maravilloso que pueda superarlo”. Retrocedí en el tiempo y me di cuenta que cada etapa de mi vida podía estar musicalizada, cada etapa triste o alegre, todo estaba marcado por una canción, una banda, un grupo  y hasta por un recital.

Recordé el momento más hermoso, la imagen más perfecta; lugar: la casa de mis abuelos, situación: mi abuelo y yo cantando “Cambalache”, luego le podían seguir varios tangos más que él cuidadosamente recordaba  y entre tarareos y certezas, me enseñaba. Mi adolescencia adolecida y cargada de rebeldías y aprendizajes, estaba marcada por canciones tristes, canciones en las que el autor también demostraba que su vida no era fácil, que en su presente lo más importante era acabar con la tristeza, canciones en donde la muerte podía ser la salida más rápida… Luego, cuando todo comenzaba a cambiar y las decisiones debían ser tomadas, cuando las responsabilidades aumentaban… aparecían las canciones que te alentaban, que sentías que te fortalecían, que te demostraban que no estabas solo en los pensamientos del “Se puede”…  y así conocí gente, almas que podían caminar a mi lado en este “Sí se puede”, almas que sentían la misma paz al escuchar una canción, un cd, “La música une a la gente”.

La vida sigue transcurriendo y los momentos últimos de mi vida se marcaron por recitales, por intérpretes, por autores, por libros, por la imaginación de que algún día voy a alcanzar mis sueños, y también por momentos de lucidez en los que me doy cuenta que conseguí lo que quería, o por lo menos lo estoy consiguiendo…. Nadie dijo que sería fácil.

Aún hay mucho camino por delante y los sueños van mutando a querer algo más, a continuar, a alcanzar el bienestar y a la vez a disfrutar lo que estoy viviendo en un presente, no sé cuándo será el final, pero la decisión de seguir adelante, viviendo, disfrutando, está… como una vez me dijeron: “quizás no es importante el final feliz, sino la historia”.

Yo soy la autora de mi historia y así cada uno es el autor de su vida, de su destino, creo que si todos vivimos pensando en que no estamos solos en que queramos o no,  siempre va a haber un alrededor… todos podremos transitar la bella historia que cada uno merece…  Tengo hermanos que me dio la vida, familia que se afianzo más en mi alma, momentos imborrables, sentimientos, aprendizajes y todo marcado por la música, por el arte, por el amor musicalizado.

Me quedan los sueños que nunca soñé
me queda ese beso que nunca daré
me quedan las cosas que sólo vos ves....

Me queda tatuada en la piel tú canción
me queda pelear cada día de sol
me queda el lugar que al final encontré
donde sólo el que siente me podía ver....

Me queda mucho por hacer y mucho que ya no podré hacer, no porque no quiera sino porque reconozco que hay cosas que no dependen de mí, que si hay otro que no desea y sueña lo mismo que uno, difícilmente se consiga… los sueños no siempre son individuales.
 
si creo que todo puede cambiar 
como no voy a esperarte
. 

Y así sumando sentimientos, canciones que  representan, historias en hojas de un libro, emociones, vivencias y similitudes, voy forjando mi camino.
 
Lo que nunca te dije, te podría decir 
Que sin esa sonrisa no se puede vivir 
Que sin esa sonrisa no se puede

Callando, no conseguí nada, quizás hablando y diciendo lo que siento a veces las cosas toman un camino turbulento, pero ocultar, mentir lo que uno siente, sólo entorpece el camino, sólo entristece el destino y luego es aquello que te hace volver al pasado por echarte la culpa de no haber hecho o dicho.
Vivir, sólo cuesta vida… mientras todo se haga con el corazón, todo estará bien…

El sueño es del que lo hace por amor


Mi alma tenía ganas de hablar, la dejé… solamente la dejé.

jueves, 6 de junio de 2013

MI SANGRE, LLEVA TUS COLORES…



Será que vi tantas cartas y dedicatorias en este último tiempo que sentía que no podía faltar la mía, que no podía faltar mi texto, mi dolor hecho palabra, mi confesión por este amor.

Lo que siento puede ser considerado una exageración por algunos, lo sé, pero es lo que siento… duele ver que el equipo que me dio tantas alegrías, este sufriendo y  hoy este en las malas, estemos en las malas. No puedo decir que soy del Rojo desde la cuna… para los que me cargan y amenazan con mostrar fotos mías con otra camiseta… lo digo, yo no nací hincha del Rojo, aunque sí rodeada del amor de este club, rodeada de la gloria de ver como a mi alrededor seres amados,  festejaban campeonatos, sonreían y lloraban de emoción al ver cómo el equipo levantaba copas, una tras otra… no olvido 1994… esa camiseta que veía puesta en mi hermano y me gustaba… mucho, pero respetaba los colores que me había puesto mi vieja, necesitaba una compinche, pero esa compinche gritaba por dos cuadros.

Mi vida dio un cambio, el día que pisé por primera vez la cancha de Independiente, fui siendo hincha de otro cuadro, fui con un corazón teñido  de rojo pero desteñido en algunos ángulos. Grité cada gol, y canté cada canción… ¿¿las sabías?? Sí, mi compañero de banco en el colegio se había encargado de hacérmelas aprender una a una, ¿¿obligación?? No, yo quería saber las canciones de la hinchada, inconscientemente quería ser hincha del rojo.  ¿Qué dirían si me cambiaba, qué pensaría la gente que me vio vestir otra camiseta?... soy mujer y estaba convencida que el cambio no iba a generar mucha alerta… Aunque lo generó.

Cancha, el amor hacia un jugador que era comprado por el rojo, las ganas de conocerlo, un amigo que me hacía cada vez más fana, que me acompañaba a los entrenamientos, un papá que orgulloso me llevaba a la cancha, un viejo que disfrutaba de esas fiestas, de esos preparativos para ir a ver sus colores, esos que de chico le iluminaron el alma y le demostraron que él no tenía que ser del mismo cuadro que el resto de su familia, que él podía cambiar, que él podía hacerse hincha del campeón…. De esa casaca roja que tanto le gustaba. Todo ese combo hizo que con convicción, pasión, amor, entusiasmo, diga, SOY DEL ROJO HASTA LA MUERTE…

Los años pasaron, la pasión creció, cada partido era una expectativa, cada jugada, cada posición, encontrarme de un momento a otro discutiendo por fútbol  en medio de un ambiente puramente masculino, ganándome el rótulo de  “la que sabe de fútbol”,  así fui creciendo…

Muchas veces metí la pata por opinar convencida de que sabía, muchas veces olvidé resultados, situaciones, pero la pasión por el Rojo estaba intacta, bastaba sentarme a mirar un partido y la amante del fútbol volvía… creciendo, formando carácter y personalidad, no me importó decir:

-Sí, me encanta el fútbol, y qué? ,  amo a Independiente de Avellaneda
-Pero vos eras de otro cuadro
-ERA, desde mis 14 decidí ser de un cuadro, me enamoré de estos colores… SOY DE INDEPENDIENTE HASTA LA MUERTE.

El tiempo pasó y mi “nomadismo”,  me alejó un poco de esta pasión, pero no tardó en volver, no tardó porque mi corazón lleva sus colores, mi sangre lleva el mismo color.

Amo al Club Atlético Independiente, no me avergüenza decirlo, no me importa cuál será el final de esta historia porque no es un final, aunque me duele, aunque mis pupilas titilan cada vez que siento que las cosas no repuntan, aunque el escalofrío se apodera de mí cuando las noticias no son las mejores. Lloro con cada gol, porque siento que podemos, que nada está perdido.

Papá, te acordás de ese avioncito en la cancha, a lo Pascualito nos tiramos de panza al glorioso piso, ese avioncito que  hicimos, nada más y nada menos que en el campo de nuestro gran amor, de nuestros colores, esos que me metiste en la sangre.  Nunca voy a olvidar… la felicidad no cabía en mi cuerpo, éramos campeones, y yo lo estaba festejando dentro del campo de juego que más alegrías me dio.

Roja es mi sangre, roja es mi pasión… El Rojo me llevó a estudiar periodismo, aunque terminé siendo periodista general y no deportiva; el Rojo me llevó a acercarme a mi viejo, a conocerlo mucho más; el Rojo me hizo conocer amigos inolvidables, me hizo vivir momentos hermosos junto a gente que comparte este amor; el Rojo, ese que me permitió conocer a mi ídolo de la adolescencia; el Rojo, ese que me enseñó sobre el fútbol, sobre una pasión; El Rojo ese que también me acerca a mi abuelo, que aunque era de otro cuadro, se sentaba en su mecedora a ver cualquier partido de fútbol, era fútbol y eso era lo que importaba… sí, hoy hago lo mismo sentada al lado de mi viejo, cada vez que la vida me lo permite.

Hoy me duele el alma, aunque no pierdo la esperanza, el amor hacia esa pasión no me lo permite, la historia de ese club, no me lo permite… quiero gritar y seguir llorando de la emoción por un cuadro que me dio mucho más que alegrías, mucho más que campeonatos, me dio una identidad, me dio un propósito…. SER HINCHA DEL ROJO POR SIEMPRE….

YO SOY ASÍ Y GRITANDO QUE TE QUIERO VOY A MORIR.




viernes, 17 de mayo de 2013

La inmortalidad

Hace días que vengo pensando en un tema y hoy todo tuvo un cierre perfecto, aunque inexplicable aún.
Todo partió de esta frase, que como otras tantas salió de mi verborragia rebelde que no espera a ser procesada por el presidente del cuerpo humano, El Cerebro...

-El vice,  ¿es el corazón?, 
-tal vez...

Retomo, salió de esta frase: "Los artistas tendrían que ser inmortales, después de todo son nuestros súper héroes", contexto... mirando un documental de muertes que hicieron llorar a un planeta entero.
Luego de decir eso y ser observada por quienes estaban a mi lado... me quedé pensando, pasaron semanas, y la frase seguía ahí, pululando por mi cabeza. Una mañana como otras "todas las mañanas son iguales, lindas, novedosas, especiales"; miro la hora, la temperatura y mientras hacía un esfuerzo por levantarme, escucho que darían el parte médico de un gran artista que hace tres años está pero a su vez no está. Actualmente es uno de esos seres que nos detiene en el tiempo, en pensar si sentirá y en ese miedo que recorre nuestro ser en forma de escalofríos al pensar que quizás no siente y allí sólo esta un cuerpo; A su vez, su legado, su música, esa que dice tanto, esa que llega a transformarse en premonición,  dice tanto de algo que en su momento no existía y hoy instala vigencia. Sí, Gustavo, aquel ser que nos dejó colgados en situaciones, en términos inconclusos, en términos que no deseamos, o que tal vez nos enfrenta al sentimiento egoísta. Esta noticia alimentó más aquella frase profunda para mí. simple oración bimembre para los que la oyeron.

¿Hasta qué punto podemos desear la inmortalidad ?, ¿hasta qué punto podemos dejar que una persona sufra por el simple hecho de mantenerlo vivo en este espacio?. En éste, en el que creemos y sentimos como un premio, la vida...¿Hasta qué punto ser inmortal puede ser un premio?.

El nacimiento de mi frase fue pensar en artistas que llenaron mi corazón, pensar en personas que tuve a mi lado y me enseñaron:  profesionales, intelectuales. Pensar, cómo me hubiera gustado tener la oportunidad de conocer a Lennon, de abrazar a Harrison, de seguir presenciando shows del Karpo, del Flaco .Me hubiera gustado seguir compartiendo largas charlas con una gran actriz como Alicia Brusso, de seguir disfrutando de entrevistas grandiosas como lo eran las de Jorge Ginzburg, de seguir teniendo la oportunidad de tener al alcance a tantos seres maravillosos que, sin saberlo, hicieron mi vida maravillosa, hacen, mi vida maravillosa. Súper héroes, personas comunes pero con talentos deseables y admirables , personas conocidas en países enteros, en mundos ajenos y propios.
¿Delirio?, puede ser, todo esto me llevó a  pensar que, sin dudas, en esa lista interminable, agregaría a los abuelos, a los padres, a los hermanos, a los amigos, a los tíos, a los primos.... a todos..

- ¿Quisieras que todos sean inmortales?
- Sí, pero yo ser mortal
-¿Por qué?
-Porque creo que en algún momento me cansaría de esta realidad, porque creo que en algún momento mi "misión" estaría concluida...
-Y los demás ¿no pueden pensar lo mismo?

La muerte, aquella que asusta, entristece y a veces alegra....
-¿Alegra?... 
-Sí, aunque no sé si es el sentimiento justo pero, resulta que muchas veces blasfemamos cuando un ser grandioso nos deja y otros indeseables quedan... como sí nada... sin pagar lo que merecen, sin sufrir... entonces cuando te enterás que se mueren... decís, por fín, aunque también pensás que se fue sin "pagar"...

Por qué  un ser despreciable que mató, torturó, que privó de la libertad a 30.000 personas, se muere de un momento a otro, de manera natural, sin sufrir. Mientras que otro seres llenos de luz que obviamente pueden haber tenido sus excesos, haber cometido errores, pero que no lastimaron a nadie; tienen que soportar una enfermedad tan devastadora como el cáncer. Aclaro, no le estoy deseando a los "hijos de puta" que mueran de cáncer, no, no le deseo la muerte a nadie, a nadie le deseo el sufrimiento... pero por qué esa diferencia, por qué ese dolor, ¿por qué?, ¿Será que esta no es la Vida?.  Muchas preguntas y ninguna respuesta.

En fin, desear la inmortalidad puede ser algo egoísta, desear que unos sufran y otros no, es odio. Al fin y al cabo estaríamos midiendo con la misma vara que ese hijo de puta que hoy murió, midió.
Sentimientos encontrados, odio, bronca, dolor... el presente me muestra que nadie tiene la vida comprada y que ella, sólo ella,  sabe cuál es nuestro final....
-¿Destino?
- No
-¿ Azar?
-Tampoco...

La vida, las circunstancias, los momentos inexplicables que se suceden pero que los vivimos sin darnos cuenta... hagamos de este camino el más bello, sin lastimar a nadie, sin generar odio, sin querer aferrarnos a lo material, después de todo eso queda acá... no te lo podés llevar a ningún lado... Una vez que nos fuimos, nos fuimos, sólo trascienden los buenos, los seres de luz, los seres del amor....
Los artistas no mueren nunca... las buenas personas, no mueren nunca, viven en los recuerdos, viven en el corazón de cada ser amado....
LA MUERTE NO EXISTE EN EL AMOR, LA MUERTE EXISTE EN LA MALDAD....

jueves, 25 de abril de 2013

El vale todo...

Quizás este texto contenga más opinión que nunca, quizás este texto sea el que de forma más triste escribo, más defraudada. Permanecer durante 12 hora frente a una pantalla grande, en la calle, mi calle, nuestra calle, en el Congreso donde se debe tomar decisiones para y por nosotros, para cada uno de los ciudadanos que eligió a esa persona que está sentada allí para decidir y hablar...¿ sólo hablar?, no, también argumentar y dirigirse con respeto, tener cierta diplomacia que más allá de la ruptura de ciertos protocolos... deben permanecer.
Sentir que no estaba sola, que eramos muchos los que allí estábamos en defensa de un país mejor , nuestro país, el que quedará para las próximas generaciones, en un principio de la tarde, me lleno de orgullo.

"No piensan en sus hijos, el país que les dejan", dijo la Diputada Patricia Bullrrich y otros tantos diputados, muchas veces en su discurso "opositor"... esa pregunta me quedó en la cabeza, hasta hoy, después de 26 horas sigue resonando en mi cabeza... ¿por qué?, por el simple hecho de que ni piensan en sus hijos y si piensan, los preparan de tal manera para que vivan en una burbuja, para que en cuanto puedan se vayan del país y vivan felices gracias a nuestro trabajo, nuestro esfuerzo.

Hoy me olvido de la periodista que debe hablar en tercera persona, me olvido por el dolor, la indignación, por ver cómo en mi cara y en la cara de todos mentían,  corrompían. Algo que debería ser limpio, una vez más dañado por el poder, por el dinero, por la CORRUPCIÓN.

Mientras sacaba fotos, escuchaba, intentaba neutralizarme y mirar todo desde afuera, sin involucrarme, ¿saben qué?, no pude... lo intenté pero no pude, la piel se me erizaba, las pupilas me titilaban y en mi ser resonaba "A dónde vamos, a dónde vamos a terminar", una incertidumbre que se puede tomar como una crisis existencial, pero en este país, en mi Argentina, hoy,  es una duda del pueblo. No estaba allí como militante, o como periodista militante... estaba como CIUDADANA ARGENTINA.

Poco a poco me fui metiendo, me descubrí gritándole a una pantalla, me descubrí gritando a un edificio, pretendiendo que me escuchen, que nos escuchen, después de todo están ahí para y por nosotros.

Escuchar insultos, agravios, una educación que uno jamás podría pensar que existiría en ese lugar, más allá de que últimamente se ve en más de un funcionario criollo: la mentira, la mala educación, la necesidad  de desdecirse porque no puede hilar un argumento.

La tristeza no tardó en aparecer y tapar el orgullo que en un inicio sentía, la decepción, sentir que era un ente, que ser ciudadano en este país no importa, que no le importas a nadie, que nadie te escucha. Pedir entrar a un lugar que es tuyo y que te lo nieguen, mientras ves entrar a gente que no sabía de lo que se iba hablar ahí adentro.

Pero cuando a las 18:15, decidí pertenecer a ese día que podía ser histórico y que terminó siendo un día más en el que se demostró que no estamos bien, que no vamos por buen camino y que todo esto  recién empieza, algo me llamó la atención: la mayoría no sabía quién era el que estaba hablando, por momentos unos nos defendían, o por lo menos decían lo que queríamos escuchar, y otros tantos, nos insultaban, nos trataban de golpistas, de corpo, de gorilas, de personas con odio, de personas ignorantes, de BOLUDOS. Esos que estaban ahí, hablando por nosotros, y a los que muchos eligieron, la mayoría no los conocían.

¿Qué estamos haciendo con nuestro voto?¿qué creemos que estamos haciendo con nuestro país?... más allá de todo eso, no puedo sacar ningún análisis político de mí, ninguna conjetura porque me siento defraudada, porque se me fueron las ganas de todo, porque haga lo que hagamos, ellos van a hacer lo que quieren, cuando quieran y donde quieran.

Y sin dudas esto me dejo una certeza, cuando uno grita e insulta es porque no tiene argumentos, es porque no sabe lo que dice, sólo esta manejado por alguien que lo deja contento con un bolsillo lleno de plata sucia, con plata del laburo del pueblo, bolsillo lleno de un dinero con mentiras, con muertes, un dinero manchado con sangre.

Mientras la ciudad de La Plata aún no termina de enterrar a sus muertos ocultos, en una noche se trata de sacar una ley que sólo lastima e incumple con la constitución nacional, aquella por la que cada uno juro cuando asumió sentarse en ese silloncito que ayer les quedo cómodo a más de uno para dormir, en vez de escuchar a su par, en vez de escuchar al pueblo.

Y mientras hacía un rollito con mi educación, mi estudio, mi experiencia de vida y me lo metía en donde no me da el sol, ellos se reían en mi cara y daban por "ganada" una lucha, que era, ni más ni menos, que una ley que rompe la democracia de la cual ellos se jactan, una democracia con derechos humanos selectivos, porque para ellos los derechos no son iguales para todos.

Esta es mi ira, mi dolor, mi angustia, mi ganas de golpear para despertar a más de uno... hoy, sin ganas de nada, pero sé que seguiré adelante firme en mis convicciones, una palabra que escuche mucho ayer, y creo que la única convicción que siguen es la de obtener papeles verdes, verdes pero manchados con sangre porque LA CORRUPCIÓN MATA Y VA  A SEGUIR MATANDO EN ESTE PAÍS QUE NO SE LO MERECE.

Habrá que comenzar a interiorizarse en lo importante que es una votación porque si no sabemos a quiénes votamos, sin dudas, diría que este país no se merece a quienes gobiernan, pero nosotros, nosotros SÍ!.



sábado, 23 de marzo de 2013

La utopía al poder!


Hay cosas que siempre se callan, por miedo a romper anhelos, creencias, utopías que morirán siéndolo, por miedo a desilusionar. Pero hay una realidad, soñar e imaginar, pueden lastimar… y mucho.

La imaginación y el sueño no son la solución a todos los problemas, muchas veces vivimos enfrascados en esos posibles que viven en nuestra cabeza y nos olvidamos que existe una realidad que no depende de sueños ni de  imaginación, una realidad que puede lastimar y tirar abajo todo  anhelo que, durante años, estuvo en uno. Años de imaginar, desear y en una milésima de segundo todo puede desvanecerse, todo puede convertirse en una mera imaginación imposible, en una utopía.

Pasamos la vida desarrollando en nuestros adentros: frases, teorías, sentimientos, momentos; pensamos antes de que la realidad actué sobre nosotros, a veces exteriorizamos esos sueños y los dejamos salir sin pensar que de repente la realidad se encargará de decir… “No sigas,  llegué, tu momento termina acá”…

Muchas veces esos sueños se convierten en milésimas de realidad, es en ese instante en el que creemos estar frente a nuestra vida plena, frente a la felicidad, pero no todo se articula como quisiéramos y esos momentos se desvanecen y  nos golpean con la cruda verdad de que no somos entes y que siempre otro puede interferir. No hablo de otro como ser, hablo de un factor, otro sentir, otro sueño ajeno e incompatible que puede aparecer para destruir el propio.

Momentos quedan grabados como únicos en nuestro sentir, momentos que dan inicio a una imaginación irrefrenable. Convertimos circunstancias en el inicio de una historia de amor, en el inicio de un cambio de vida, de un sueño laboral, de un progresar como ser humano… convertimos circunstancias en futuros dolores.

Claro está que muchos viven la imaginación como un paso hacia la realidad y son felices allí porque su sueño e imaginación se sitúan con momentos y factores que no hacen más que convertirlos en estados plenos que vienen para quedarse… pasa, lo sé, lo acepto y brindo por ellos, si hubiera una formula juro que se las pediría, para poder conseguir que una pequeña imaginación mía me lleve a un momento de felicidad constante y  no efímero.

La realidad se instala y llega para quedarse, al fin y al cabo es la realidad. La imaginación pulula en un posible constante y el minuto se enreda en un sinfín de curiosidades y posibles que nunca llegarán… y si llegan no son como las imaginé.

Un posible que quizás no llega nunca o a veces creemos ver o sentir llegar, nos entregamos plenamente a ese momento, a ese creer, sentimos que llegó la oportunidad de ser felices y decir lo que sentimos… pero, del otro lado  llega una realidad que no condice con lo que nosotros alguna vez idealizamos. Entonces,  nos adecuamos a los cambios, tratamos de que con algunos cambios esos pensares largos de minutos y horas se hagan  realidad, que lo conseguimos, porque dicen que si uno piensa con convicción todo llega… Todo llega para irse, todo llega para desaparecer, por qué?… porque todos queremos cosas diferentes y la imaginación y los sueños chocan con la realidad de otros, porque lo que yo quiero no es igual a lo que el otro quiere… seres pensantes que nunca se pondrán de acuerdo porque en el terreno del sueño y el anhelo, sólo uno puede entrar, sólo uno puede bancar la realidad.

Y así nos cansamos de soñar, vamos creciendo y nos dejamos llevar por la realidad, ella es la que siempre terminará ganando. PERDONEN SI ME EQUIVOCO O SOY MUY DURA PERO, HOY,  AFIRMO QUE LA IMAGINACIÓN Y EL SUEÑO, A MÍ, ME LASTIMAN… LA REALIDAD GOLPEA FUERTEMENTE MI SER, TRASLADARME A MIS SUEÑOS SÓLO ME TRAE A UNA RUTINA QUE ESTÁ AHÍ, QUE SE QUEDARÁ… UNA RUTINA QUE LASTIMA AUNQUE ME MANTIENE VIVA, Y ME MANTENDRÁ EN ESTE SISTEMA INFLUYENTE QUE ME CONVIERTE EN PESIMISTA… OJALÁ NO POR SIEMPRE.

jueves, 14 de marzo de 2013

Esas malditas costumbres

Acostumbrarse, habituarse a algo, terminar creyendo que es normal y hacerlo parte de nuestras vidas sin oponerse, más allá de que a veces uno se pueda llegar a quejar, y más allá de que al principio pueda molestar y después dejar de sorprender.

Si no puedes contra ellos, ¿únete a ellos? por qué algo que duele y molesta termina siendo parte de nuestras vidas en vez de buscar cambiarlo, ¿por qué la conformidad?. Hay costumbres que pueden llegar para quedarse y no molestar, muchas otras modifican totalmente nuestras vidas,  otras tantas, quizás,  cambian toda una sociedad, un vivir, cambian otras buenas rutinas, otras buenas costumbres.

Acostumbrarse a no salir de tu casa sin mirar para todos lados antes de sacar el auto, acostumbrarse a viajar perseguido en el tren, subte, en el colectivo, para que alguien no te saque algo que te pertenece, acostumbrarse a que estás bien si no te matan para robarte, a que la sacaste barata y podría haber sido peor. Acostumbrarse  a pensar que si andás con algo lujoso, que lo compraste porque trabajas, porque querías darte un gusto de tenerlo, si lo mostrás, es obvio que te lo van a  robar. Habituarse a tener hambre, frío, a no tener hogar, a que el paco, el pegamento... pueden ser normal allí donde falta todo lo indispensable que se considera parte de los derechos de un humano. Acostumbrarse a verlo y seguir de largo...

Acostumbrarse a no ser libres de hacer, de decir... acostumbrarse.

Acostumbrarse a que si una persona está en política es ladrón de guante blanco, acostumbrarse a que todo es lo mismo,  a que si tenes que viajar en un transporte público, vas a viajar mal, a que si querés viajar bien y no como ganado, tenés que viajar en taxi, en remis.  Que lo privado, siempre es mejor y lo público no. Acostumbrarse a no quejarse porque para otros estamos más que bien.

Habituarse a escuchar burradas de otros... que sabés, por sentido común, que no tienen razón de ser, más cuando sufriste en carne propia ese mal que unos pueden tomar como normal, como algo que puede pasar y que hay que agradecer que no sea peor, sólo porque quizás a ellos no les pasó.

Por qué me tengo que acostumbrar, habituar, aclimatarme... y muchas formas más de decirlo... a vivir con miedo, a vivir con angustia, a aceptar que es lo que hay y no hay más, ni para mí, ni para otros... mientras unos tantos siguen adelante tomando lo que es mío y podría ser más para nosotros, por qué bancarme que me cataloguen sin conocerme...

Esas malditas costumbres que nos convierten en la nación más corrupta del mundo, esas malditas costumbres que nos llevan al nivel más bajo de odiar a alguien sin razón alguna... bueno sí, hay una razón, el querer formar parte de una mayoría que se puede equivocar,  el querer acomodarse de un lado en donde todo es más fácil si no pensás, sino te oponés.

Yo decido tomar otro camino, acostumbrarme a lo bueno, a no vivir con miedo, acostumbrarme a que lo bueno aún puede llegar... acostumbrarme a leer, a conocer, a fundamentar mis dichos y no acostumbrarme a repetir algo que otros dicen y no sé si será cierto... yo decido no acostumbrarme a esa verdad sin fundamentar  que pertenece a  otros!


domingo, 10 de febrero de 2013

Época


En épocas donde abundan las cartas abiertas, los blogs totalmente actualizados con palabras relacionadas y sentidas, donde los estados de redes sociales dicen más que un “bien”, que un “contento”, donde los caracteres no alcanzan para explicar lo que se siente, lo que se quiere decir.

En épocas donde no quieren callar, en épocas donde se quiere decir, a veces sin pensar, pero épocas en donde se quiere decir : “presente”, de alguna manera o forma.

Donde las respuestas no se hacen esperar, aunque las más importantes nunca llegan y pareciera que algunas circunstancias no existieran, donde la importancia a la superficialidad gana batalla a la esencia y al sentir.

Respuestas que aparecen a preguntas profundas, respuestas que no se sumergen en la certeza, sólo tratan de nadar sobre la superficie y en lo posible tratan de no mojarse y no comprometerse.

En una época donde es más fácil responder y tratar de limpiarse la cara y la imagen, en vez de ir a fondo sin importar lo que piensen los demás, en un tiempo en que las caretas no desaparecen, abundan y ese otro que reclama respuestas y expresa lo que siente sólo sirve para ser juzgado, muy pocas veces escuchado, entendido.

O se piensa igual que la mayoría o  sos nadie, o no tenés derecho a expresar, no estás bien, no deberías hablar. ¿Callar?, por qué, si debemos disfrutar de esta supuesta época en que todos podemos hablar, manifestar, sentir y transmitir, debatir, mostrar.

Una época que lastima, que no conforma y que confunde es la que estamos viviendo. Se dice que si existe lo bueno, existe lo malo…. Esta época demuestra que lo malo y lo bueno existen, pero que cada ser tiene sus malos y sus buenos, lo que daña a otros, a unos pocos o mucho, hace feliz… lo que se debía respetar ahora no importa.

Un ombligo que crece cada vez más en nuestros  vientres. Vientre, aquel que siempre en otras épocas se lo vinculó a la vida, a ese momento en que todo podía dejarse en manos de ese ser que estaba creciendo ahí adentro, un momento en que la vida de uno no tiene importancia, vientre que simbolizaba la vida por el otro.

Las cosas han cambiado, hoy cuesta decidir, mejor dicho cuesta que te dejen decidir, una libertad que se ha transformado en libertinaje. Todo para pocos… mucho para pocos.

Los valores sólo son materiales, sólo parecen existir si se logran palpar, se perdió el significado de las cosas… me corrijo, aún hay esperanzas, aún hay ganas de cambiar, mientras el primer párrafo de este texto siga siendo la muestra del presente!...