domingo, 29 de junio de 2014

La memoria...

Recuerdos, ahí, listos para aparecer a veces sin que los llamemos, a veces llegan para demostrar que ya estuvimos ahí, que ya nos sentimos así, que ya pensamos así y que hasta quizás, ya nos jugamos de la misma manera y no valió la pena, o que, por lo menos, las cosas no salieron como nosotros queríamos.

Los recuerdos, nunca se van, intentamos olvidarlos, más cuando la aparición de ellos suelen lastimar. El intento de olvido queda atrás a causa de esa maldita rebeldía que nos hace creer que esta vez todo puede ser diferente, que esta vez, jugarse nos va a llevar a superar todos esos recuerdos que lastimaron y por una vez, olvidaremos todo lo demás para poner este primero en la lista, en el estante de recuerdos felices... Creemos que podemos hacer una pequeña selección en nuestra mente y archivarlos en distintas carpetas cual computadoras frías, libres de sentimientos y culpas.... cuando somos felices, todo es posible, así sólo sean milésimas de segundos.

Para qué tenemos recuerdos?, se quedan ahí, quietos, estoicos, aguardando a ser traídos al presente, a veces están ahí para ayudarnos a no volver a equivocarnos, a no tropezar con la misma piedra, cascote, a no caer por una situación similar ya vivida... muchos apelan al recuerdo y le hacen caso, otros, se juegan el presente y olvidan ese recuerdo perteneciente al pasado, aunque quizás después el presente pase al estante de malos recuerdos y sea archivado en la misma carpeta de cosas que no volveré a hacer, cosas que no me volverán a lastimar.

Recuerdos, pensamientos, palabras, frases, imágenes, todo esta ahí, pronto a aparecer, a no permitir una mente en blanco, a provocar análisis que buscan hipótesis de qué hubiera pasado si en vez de hacer eso hacía lo otro, en vez de decir, callaba.... Los recuerdos, los impulsos, las decisiones, todo se mueve constantemente en nuestra biblioteca interna, en nuestros archivos que necesitan re acomodarse todo el tiempo.

Recuerdos que implican personas, recuerdos cargados de sentimientos. Preferimos recordar lo bueno para borrar lo malo, sabiendo que recordando lo bueno también guardamos lo malo, también sabemos que eso bueno sirve para no sacar de aquel estante de malos recuerdos, el dolor.

En esa estantería llena de archivo, esta el señor olvido, cual tacho de residuos esperando recibir algún que otro recuerdo innecesario para ser eliminado... muchos recuerdos están ahí, al borde del olvido, sucios, rotos, con la letra muy poco legible, distorsionados, a punto de ser eliminados, pero algo pasa, algo que tienen hacen que sigan ahí,  algo por lo que siempre, aunque uno no quiera, recurre a ellos para ver cómo serían las cosas si...

Los recuerdos, esos que nos hacen, esos que queremos olvidar y más recordamos, esos que nos hacen actuar, muchas veces creyendo que de ellos aprendimos y todo saldrá bien, cuando nos damos cuenta que cuanto más creemos saber, menos sabemos...

El recordar muchas veces nos duele, pero también muchas veces nos roba una sonrisa inesperada, El recuerdo, por algo esta ahí  en la memoria, "Una forma de dignidad estoica. La lucidez a la hora de contemplar las líneas maestras del asunto. Asumir las reglas del juego"....

miércoles, 4 de junio de 2014

Vuelos discontinuos

Instancias que se repiten, situaciones en las que creemos convencidos que no son para nosotros, ganas de actuar y hacer lo que realmente sentimos, entender que las oportunidades se dan en un momento, en un instante, sólo en ese instante en que hay que elegir, en el que hay que decidir.

Muchas veces callamos porque no creemos que es el momento adecuado para hablar, sin pensar que ese era el momento, que no existiría oportunidad futura que nos de otra posibilidad de decir, de sentir. Pasado el tiempo nos damos cuenta que tendríamos que haber cruzado ese puente, ese camino, ese mar, que tendríamos que haber hablado, expresado, que no tendríamos que haber callado por miedo al mismo miedo interno. El miedo, ese malo de la película que nos juega en contra y nos hace imaginar cosa impensadas, esas que nunca ocurrirían, esa que maximizan un "no" al punto tal que creemos que lo mejor es no salir a volar más.

Todavía palpita mi corazón al recordarlo, al imaginar qué hubiera pasado si me hubiera entregado a la posibilidad de sufrir, o no... a si hoy me recordará, a si algún día tendré una segunda oportunidad, si ese tan ansiado tren pasará otra vez... o si ese era el tren y sólo me quedé con el anhelo de subir mientras otros siguen pasando.... pensar en si era ese el amor que necesitaba, si era ese el lugar deseado, si era esa la compañía necesaria para continuar.

Aún toco mi espalda y siento mis alas, aún creo que algún día tendrán la fuerza necesaria para desplegarse y partir... todavía me quedo contemplando el mar, esperando que pronto, mis ganas de empezar vuelvan, mis sueños se llenen de color, mis pies quieran sentir la arena húmeda por el mar y mi cara anhele sentir el viento.

Mis pulmones todavía se quieren llenar de aire, mis ojos aún saben lo que se siente estar húmedos y mis labios saben sonreír, al recordar o al observar, mi corazón aún quiere palpitar por él, por mi, por alguien....
Sigo tocando mis pies para ver si los siento después de tanto vuelo equivocado.... aunque no sé si fueron equivocados, fui y soy feliz en mis vuelos, en mis aterrizajes, soy feliz siendo, hoy me dejaré ser por hoy y siempre....