domingo, 10 de febrero de 2013

Época


En épocas donde abundan las cartas abiertas, los blogs totalmente actualizados con palabras relacionadas y sentidas, donde los estados de redes sociales dicen más que un “bien”, que un “contento”, donde los caracteres no alcanzan para explicar lo que se siente, lo que se quiere decir.

En épocas donde no quieren callar, en épocas donde se quiere decir, a veces sin pensar, pero épocas en donde se quiere decir : “presente”, de alguna manera o forma.

Donde las respuestas no se hacen esperar, aunque las más importantes nunca llegan y pareciera que algunas circunstancias no existieran, donde la importancia a la superficialidad gana batalla a la esencia y al sentir.

Respuestas que aparecen a preguntas profundas, respuestas que no se sumergen en la certeza, sólo tratan de nadar sobre la superficie y en lo posible tratan de no mojarse y no comprometerse.

En una época donde es más fácil responder y tratar de limpiarse la cara y la imagen, en vez de ir a fondo sin importar lo que piensen los demás, en un tiempo en que las caretas no desaparecen, abundan y ese otro que reclama respuestas y expresa lo que siente sólo sirve para ser juzgado, muy pocas veces escuchado, entendido.

O se piensa igual que la mayoría o  sos nadie, o no tenés derecho a expresar, no estás bien, no deberías hablar. ¿Callar?, por qué, si debemos disfrutar de esta supuesta época en que todos podemos hablar, manifestar, sentir y transmitir, debatir, mostrar.

Una época que lastima, que no conforma y que confunde es la que estamos viviendo. Se dice que si existe lo bueno, existe lo malo…. Esta época demuestra que lo malo y lo bueno existen, pero que cada ser tiene sus malos y sus buenos, lo que daña a otros, a unos pocos o mucho, hace feliz… lo que se debía respetar ahora no importa.

Un ombligo que crece cada vez más en nuestros  vientres. Vientre, aquel que siempre en otras épocas se lo vinculó a la vida, a ese momento en que todo podía dejarse en manos de ese ser que estaba creciendo ahí adentro, un momento en que la vida de uno no tiene importancia, vientre que simbolizaba la vida por el otro.

Las cosas han cambiado, hoy cuesta decidir, mejor dicho cuesta que te dejen decidir, una libertad que se ha transformado en libertinaje. Todo para pocos… mucho para pocos.

Los valores sólo son materiales, sólo parecen existir si se logran palpar, se perdió el significado de las cosas… me corrijo, aún hay esperanzas, aún hay ganas de cambiar, mientras el primer párrafo de este texto siga siendo la muestra del presente!...