jueves, 21 de enero de 2010


Dichoso el árbol
que es apenas sensitivo
y más la piedra dura
porque esa ya no siente
pues no hay dolor más
grande
que el dolor de ser
vivo.
Ni mayor pesadumbre que
la vida consciente.
Ser, y no saber nada
y ser
sin rumbo cierto.
Y el temor de haber sido
y un futuro terror...
Y el espanto seguro
de estar mañana
muerto
y sufrir por la vida y por
la sombra y por lo que no
conocemos
y apenas sospechamos
y la carne que tienta con
sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda
con
sus fúnebres racimos
y no saber a donde vamos
ni de donde venimos...


Rubén Dario.

domingo, 17 de enero de 2010

Creer detenerse.


Pensar en todo lo que ocurre y ocurrió, me detiene en un tiempo que puede parar para mí, pero no para mi alrededor. El “tic-tac” nunca se detiene, el presente transcurre y aunque mi cabeza parezca detenerse por un minuto, en realidad nunca deja de pensar, de transitar.
¿Realmente se puede poner la mente en blanco? , dejar de pensar cómo podría haber sido todo si uno no hubiera actuado como actuó, o cómo se encuentran ciertas personas, o que pasará más adelante o si realmente todo lo vivido vale la pena.
Tratar de encontrar lo correcto para uno y para otros y que, simplemente, luego uno este estancado en una falta de felicidad o en un sentimiento insatisfecho por no entender que es lo qué quieren los demás, qué es lo que puede pasar o dónde esta mi libertad. “ La libertad de uno termina donde empiezan los derechos del otro”, ¿Cuál es mi libertad si no entiendo los derechos del otros?, si al parecer deberían ser los mismos pero no lo son.
Siempre preguntas y nunca respuestas, respuestas necesarias que suelen encontrarse y que terminan siendo pobres a la hora deseguir adelante y seguir viviendo. Al aparecer nos damos cuenta que hay cosas más importantes y que cada persona siente cosas diferentes, lo que hace que cada respuesta cambie y nunca sea unificada.
Sentimientos que suelen dar felicidad, suelen transformarse en tristeza, ¿Cómo entender?, ¿cómo tratar de aceptar?.
La vida es encontrar respuestas, búsqueda de felicidad o bienestar, mientras tratamos de encontrar esos estados, el tiempo transcurre y quizás morimos sin saber si en algún momento lo conseguimos.
No ser entendido, no ser aceptado, llega a hacer de cada minuto, un instante incierto, un minuto olvidado y hasta puede llegar a ser perdido, cada segundo va muriendo, el tiempo pasa y nosotros aceptamos sus retos. Dejamos que él haga de nosotros lo que quiera y nunca lo podemos dominar, él nos domina dejando atrás nuestras vidas, haciendo de nosotros un pasado constante. Futuros que tardan en llegar y que inevitablemente serán el resultado de nuestro pasado y presente. “Cada uno es artífice de su propio destino”, a veces es bueno pensar un segundo antes de actuar.