sábado, 21 de diciembre de 2013

El tic tac

Terminando de leer un libro que me acompañó este último tramo del año, caí en cuenta de la fecha que se suscita. Ahí está el mes de diciembre culminando, incertidumbres llegando a su fin, otras comenzando a aparecer.

Liberar la vida a cuestiones de tiempo no suele ser lo más bello del vivir. Vivir pendiente de la llegada de un día determinante, de una hora, de un espacio, sólo complica la existencia.

Minutos que pasan y no vuelven, ellos se llevan estados de animo, sentimientos, vivencias... se llevan parte del ser y del sentir, propios de un espacio temporal que sólo daña, que sólo aleja, que sólo provoca cambios.

Sentir que el destino no puede ser manejado por uno y por otros momentos sentir que  somos dueños de él. Sentir, el sentimiento plenamente involucrado al estado pleno o deteriorado de la existencia propia.

Desaparecemos y renacemos según el afuera, según el exterior, buscamos soluciones externas, pero nuestro ser nunca dejó de existir, siempre estuvo allí y estará buscando la calma, la plenitud, la estancia prolongada por este estado llamado "Vida".

Sentir, esperar, soportar... será ese el sentido de la vida?, mirar hacia atrás y ver el pasado o mirar hacia adelante pero disfrutando el presente, tarde o temprano pensaré en el mañana.... Si cada día lo viviera como único, de qué serviría, de qué sirve el pasado, de qué sirve el mañana.... y termino esta nota dándole cuerda al reloj que mi vieja me regaló, dándole cuerda a un reloj para que el tiempo siga pasando... el protagonismo al tiempo...

"Era inútil desesperarse o luchar por nada que no fuese el momento concreto, el acto de inspiración y espiración, los sesenta y cinco latidos por minuto..."